viernes, 5 de mayo de 2017

EL CAPITALISMO MONOPOLISTA O IMPERIALISMO

AUTORES:
García Ana C.I.: 24.027.080
Pérez Floribeth C.I.: 23.543.058
Sifontes Yusbely C.I.: 25.262.614
Zamora Roxand C.I.: 24.666.878


El capitalismo monopolista es el estadio de desarrollo del capitalismo caracterizado por la definitiva desaparición del mercado de libre concurrencia y su sustitución por la competencia entre monopolios. Para los economistas marxistas el capitalismo monopolista correspondió aproximadamente al último cuarto del siglo XIX y alcanzó plena madurez después de la Segunda Guerra Mundial. El imperialismo es la fase monopolista del capitalismo. En esencia, esta fase del capitalismo, no es otra cosa que el dominio del capital financiero, cuyo origen proviene de la fusión del capital bancario de algunos grandes bancos monopólicos con el capital de los grupos monopólicos industriales.
Según Rionda (2010), el capitalismo monopolista presenta mercados acaparados, controlados por grandes empresas, que desabastecen los mercados, creando necesidad y pobreza, el ingreso nacional tiende a concentrarse en pocas manos; esta es la razón, de que exista la necesidad de una mayor intervención estatal; como un Robin Hood, el estado quita al rico para darle al pobre, tratando de controlar la desigualdad social. El estado de bienestar adquiere entonces, un carácter de social democracia. 

CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DEL IMPERIALISMO
La peculiaridad distintiva fundamental del imperialismo estriba en que el gran capital monopolista domina en las esferas económicas, políticas e ideológicas. De ahí que el imperialismo se denomine también capitalismo monopolista. Lenin fue el primero en someter a un análisis científico multilateral el imperialismo y en determinar sus rasgos económicos principales. Son estos:
  • La concentración de la producción y del capital ha llegado a un punto tan alto de desarrollo, que ha hecho surgir los monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica.
  • La fusión del capital bancario con el industrial, sobre cuya base surgen el capital y la oligarquía financieros.
  • La exportación de capitales, a diferencia de la de mercancías, adquiere singular importancia.
  • La formación de agrupaciones monopolistas internacionales de capitalistas, que se reparten el mundo.
  • La culminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes.

Bajo el imperialismo se conservan las bases generales del modo capitalista de producción, la propiedad de los medios de producción fundamentales sigue en manos de un pequeño puñado de capitalistas o de sus agrupaciones, los trabajadores son objeto de explotación, el estímulo principal de la producción capitalista continúa siendo el afán de ganancias, y la economía de los países capitalistas se desarrolla en las condiciones de la lucha competitiva. La ley de la plusvalía sigue actuando también bajo el imperialismo. La sustitución de la libre competencia por el dominio de los monopolios hace que las agrupaciones de capitalistas (cártels, sindicatos, trusts, consorcios), concentrando en sus manos gran parte de la producción y venta de las mercancías y aplastando a sus competidores, puedan obtener una elevada ganancia monopolista, de magnitud sensiblemente mayor que la ganancia media. 

El paso al imperialismo
La concentración de la producción constituye la base del surgimiento de la dominación de los monopolios. El último tercio del siglo XIX estuvo signado por importantes descubrimientos científicos y técnicos en la metalurgia y la construcción de maquinaria, en la industria química y electrónica. En ese período comenzaron a emplearse nuevos tipos de máquinas, se efectuaron cambios radicales en la energética y en la tecnología de la producción y se desarrollaron nuevas ramas de la industria. En estas condiciones, la concentración de la producción se intensificó aún más. La superioridad técnica, la mejor organización del proceso de producción, la economía en los gastos generales, una alta productividad del trabajo y grandes posibilidades para la obtención de créditos, aumentaban cada vez más su papel en la producción industrial.
A fines del siglo XIX y principios del XX, sobrevino un período en que el desarrollo de la concentración y la centralización del capital y la producción sobre la base de la libre competencia originó fenómenos nuevos. La parte fundamental de la producción social fue concentrada en unas pocas empresas grandes, monopolizadas por ellas. El monopolio vino a sustituir a la libre competencia. Surgió del proceso de concentración de la producción y del capital en determinado escalón de su desarrollo. Lenin escribió: “…la aparición del monopolio, debida a la concentración de la producción, es una ley general y fundamental de la presente fase de desarrollo del capitalismo.” 

Los monopolios y el libre mercado
En las economías orientadas al mercado es necesario contar con un conjunto de reglas que garanticen el funcionamiento de los mercados, mejor conocidas como reglas antimonopolio., que tienen el propósito de limitar la acción de los monopolios, basándose en la idea de que éstos producen efectos perniciosos sobre la economía, particularmente la extracción agresiva del excedente del consumidor.
Una economía de mercados muy concentrados, con pocos oferentes, es una economía menos eficiente, pues los agentes económicos pagan rentas de monopolio en los bienes y servicios que consumen y ven mermadas las posibilidades de ahorrar, invertir en nuevas actividades productivas o consumir en otros mercados. Pero no todos los monopolios se comportan de igual manera; dependiendo de la naturaleza del producto o el servicio que ofrece, se justifica un mayor control por parte de la autoridad estatal competente. Por ejemplo, respecto a Brasil, Colombia, Chile, Jamaica, México, Panamá, Perú y Venezuela, se reconoce la válida existencia de los monopolios estatales a sectores reservados, por razones estratégicas y de seguridad nacional, y la explotación exclusiva de los derechos de propiedad intelectual.
Un ejemplo para justificar económicamente la existencia de un monopolio dentro de un mercado de libre competencia es el monopolio de emisión de dinero del Estado (depósitos, billetes y monedas). Se trata de una competencia que otorga un poder enorme al Estado. Sin embargo, el monopolio en la emisión de dinero tiene lógica y mucha. El hecho de que todos los españoles, por ejemplo, utilicen la peseta (euro) y todos los mexicanos efectúen sus pagos con pesos da un valor de transacción (cambio) a estas monedas que sería imposible de obtener si cada uno de estos países tuviera 15 divisas diferentes. En otras palabras, la existencia de un alto número de personas dispuestas a realizar sus compras y ventas en estas monedas aumenta la eficiencia de las economías al abaratar los costes de transacción. 

Los monopolios bancarios y el nuevo papel de los bancos
Los monopolios bancarios son agrupaciones de bancos, o sea, son bancos gigantescos, que dominan en la banca y se apropian de una alta ganancia de monopolio. La base material del capital bancario es la concentración y la monopolización de la producción industrial. Las grandes empresas industriales necesitaban grandes créditos y, habitualmente a largo plazo. Los pequeños bancos no estaban en condiciones de cumplir este papel, y esto impulsó la agrupación de muchos bancos y la centralización de su capital. El surgimiento de los monopolios bancarios fue un resultado objetivo del alto grado de concentración y centralización del capital en funciones y en la esfera del crédito.
Los monopolios bancarios concentraron en sus manos la masa fundamental de recursos monetarios disponibles de la sociedad. Sin limitarse sólo a la concesión de crédito a los monopolios industriales, penetran directamente en la producción y se convierten en copropietario de empresas industriales. Al referirse a este nuevo papel de los bancos, Lenin mostró las causas cardinales de la fusión del capital monopolista bancario con el capital monopolista industrial.
La monopolización del crédito por unos pocos bancos obligó a los monopolios industriales a fortalecer las relaciones con los grandes bancos comprando sus acciones y adquiriendo puestos en sus juntas directivas y directorios. Los capitalistas industriales empezaron a penetrar en la esfera del crédito, a colocar en ella parte de sus capitales y participar en la elaboración de la política de los grandes bancos. Además, se produjo la penetración del capital de los monopolios bancarios en los industriales. Así, los monopolios bancarios procuran protegerse contra las eventuales pérdidas a través de la influencia directa en la actividad de las corporaciones industriales 

La oligarquía financiera mundial
El capital financiero se halla concentrado en manos de la oligarquía financiera, pequeña cúspide de la burguesía que domina todos los sectores de la economía. Según Lenin, el mecanismo mediante el cual la oligarquía financiera se apropia de la mayor parte de la riqueza social y del poder político de un país es el siguiente:
  1. La estructura orgánica de dominación del capital financiero es el grupo monopolista financiero (sociedades industriales, bancarias, crediticias, de seguros, de transporte y otras fiscalizadas por uno o por varios magnates del capital).
  2. En el control del grupo monopolista financiero se encuentra la empresa principal (un banco importante, un trust industrial, una sociedad de seguros o una sociedad de control) que influye en las demás empresas de este grupo.
  3. La mayoría de las empresas del grupo monopolista financiero no son propiedad individual de uno u otro magnate que está frente al grupo. el poder de ese magnate se basa en la posesión del paquete de control de las acciones.
  4. El mecanismo de acción del grupo monopolista financiero suele apoyarse en el “sistema de participaciones” y la “función personal”, los cuales utilizan la forma anónima de empresa. El paquete de control de acciones de la sociedad anónima principal se encuentra en manos de un magnate financiero o de un grupo de magnates financieros.
  5. La sociedad principal (sociedad matriz) adquiere, a su vez, los paquetes de control de las acciones de otras sociedades (anónimas, filiales) las cuales compran los paquetes de control de las acciones de un grupo de sociedades anónimas “nietas”, etc.

Así, la empresa principal del grupo monopolista financiero fiscaliza las empresas filiales, “nietas” y “bisnietas”; el total del capital de todas las sociedades supera en muchas veces el capital de la sociedad matriz. De esta forma se asegura la dominación de los magnates financieros sobre enormes sumas de capital ajeno y la obtención de altas ganancias de monopolio. 

La exportación de capitales y la dependencia económica
En la etapa anterior al imperialismo los grandes países capitalistas se dedicaban a la exportación de mercancías, especialmente productos manufacturados. Con el dominio de los monopolios financieros pasa a ser más importante la exportación de capitales, con el fin de dar salida a la gran cantidad de capital acumulado y para lograr obtener la máxima ganancia.
Esta expresión de capitales se observa con la construcción de grandes empresas, fundamentalmente de extracción de materias primas, en una primera etapa. Así logran obtener mercancías a costos muy bajos, debido a que la mano de obra es mucho más barata en estos países. Al mismo tiempo aseguran el control de las fuentes productoras de las materias primas necesarias para la producción industrial de las metrópolis. Otra forma de exportación de capitales es la concesión de préstamos y la llamada “ayuda económica” a otros países. Los intereses que cobran por este dinero son riquezas extraídas a estos pueblos, son recursos que se restan a la economía del país dependiente y constituyen un verdadero saqueo.
Las razones por las que un país subdesarrollado se vuelve dependiente económicamente se deben al tipo de productos que estos países exportan (exportan sólo una pequeña variedad de productos en general productos primarios); a quienes se exporta pues son muy escasos los países a los cuales se les vendes y a los cuales se les compran los productos manufacturados produciendo el fenómeno de la dependencia comercial; y finalmente, al capital extranjero como un elemento deformador de la economía. Se desarrollan los estados más ligados a la actividad económica de la potencia extranjera, pero el resto del país permanece en un nivel de desarrollo muy bajo, lo cual caracteriza el desarrollo dependiente de nuestros países. 

Las transnacionales
Las transnacionales pueden definirse como las empresas que acumulan o reproducen su capital en un espacio compuesto por varios países. Aseguran, mediante flujos de inversión directa, el control sobre las unidades reproductivas situadas en el exterior y derivando de ellas un flujo estable de ganancias.
Los cuatro períodos de aparición y desarrollo de las empresas multi y transnacionales son:
  • Primera Etapa: Surgimiento (1860-1914): momento de considerable aceleración científico -tecnológica y desarrollo de los sistemas de producción y comercialización estandarizados que favorecen la aparición de nuevos productos y de nuevas demandas y hábitos de consumo. La innovación tecnológica, aplicada a los medios de comunicación y de transporte, facilitó la unificación espacial a escala mundial y permitió la dispersión de las empresas en diversos países incrementando el intercambio comercial internacional.
  • Segunda Etapa: Consolidación (1914-1945): las empresas multinacionales de los EE.UU. aprovechan la debilidad en que quedó la economía europea para consolidarse y convertirse en un referente de las nuevas empresas.
  • Tercera Etapa: Universalización (1945-1990): la tensión y competencia con el bloque socialista encabezado por la URSS les permite a las empresas multinacionales estadounidenses, europeas y japonesas expandirse por todo el mundo.
  • Cuarta Etapa: Transformación de empresas multinacionales en transnacionales (1990-2014): las reformas al sector financiero sucedidas en la década de los 70s (quiebra del Acuerdo de Bretton Woods o reemplazo del patrón oro-divisas por el dólar como referente de las transacciones financieras) y el derrumbe del bloque socialista, crearon condiciones para la deslocalización de los procesos productivos a nivel mundial y en medio de ese proceso  se inicia un entrelazamiento de capitales, intereses comerciales, creación de supra-Estados (NAFTA, Comunidad Económica Europea) y de alianzas económicas, comerciales y políticas que han transformado todo el entorno internacional. China se abre a la inversión extranjera y se convierte en la fábrica del mundo.  


El fin de la división territorial del mundo
Las asociaciones capitalistas monopolistas primero se reparten entre sí el mercado interno y se apoderan de un modo más o menos completo de la industria del propio país. El capitalismo creó hace tiempo un mercado mundial. Y a medida que aumentaba la exportación de capitales y se ampliaban las vinculaciones extranjeras las cosas gravitaron “naturalmente” hacia un acuerdo universal entre esas asociaciones, y hacia la formación de cárteles internacionales. Este es un nuevo grado de la concentración mundial del capital y la producción más elevado que los grados anteriores.
El imperialismo implicó no sólo una expansión comercial y nuevas fuentes de recursos para las potencias colonizadoras, sino, además, dominio político, ocupación militar y una explotación sistemática de las colonias, las cuales perdieron totalmente su soberanía. Francia, Alemania, Italia, Rusia Estados Unidos y Japón se lanzaron a la conquista de colonias.
Los estados imperialistas, especialmente Gran Bretaña y Estados Unidos, justificaron sus actuaciones en los países que colonizaban no solo argumentando causas políticas y económicas, sino también razones supuestamente racionales. Ciertamente, los países imperialistas pusieron en marcha una compleja maquinaria propagandística e ideológica cuyo objetivo era presentar y convencer a toda su población de que sus motivos para realizar tales acciones estaban justificados desde un punto de vista moral. 

La globalización y el fin de la libre competencia
La competencia está basada en la libertad de decisión de los que participan en el mercado, en un contexto en el que las reglas de juego son claras para todos y se cumplen efectivamente. La libre competencia se basa fundamentalmente en la libertad de elección tanto para el consumidor, como para el productor.
En una situación de monopolio, un solo productor satisface la demanda de todos los consumidores. Ello le permite la posibilidad de determinar el precio y la cantidad que más le convienen al monopolista a costa de extraer recursos del consumidor. Una situación de monopolio, sin regulación alguna, determina que el precio sea mayor al que ocurriría en una situación de libre competencia, y que la cantidad disponible sea menor. Es preferible, en el corto plazo, para los consumidores un esquema de libre competencia que uno de monopolio.
Las prácticas restrictivas de la libre competencia son las concertadas entre empresas con el objeto de restringir la libre competencia, estas prácticas son siempre una violación de los principios de la libre competencia y por tal es castigada por ley. Esto es lo que se considera una práctica per se ilegal, es decir que prohíbe objetivamente el desarrollo de una conducta independientemente que pueda o no generar daños al mercado.
Algunos de los casos más severos y más tratados de restricción a la libre competencia son el abuso de posición de dominio, además de los casos de monopolio y las prácticas restrictivas de la libre competencia. Otras violaciones del principio de libre competencia son la competencia desleal, el dumping y subsidios, el uso ilícito de marcas y/o de propiedad intelectual ajenas, la falta de información al consumidor, entre otras. Todas ellas determinan que se quiebre el mecanismo por el cual las preferencias de los consumidores, expresadas libremente en el mercado, orientan a los productores a hacer el uso más eficiente posible de los recursos productivos de los que dispone una economía. 

LA CRISIS GENERAL DEL CAPITALISMO
La crisis general del capitalismo se produjo cuando las principales reglas impuestas en el nuevo orden económico que emergió de Bretton Woods empezaron a resquebrajarse. En esencia se produjo debido al surgimiento de las inevitables crisis cíclicas consubstanciales a la naturaleza propia del sistema capitalista (oscilación cíclica que atrapa al sistema entre el “despegue”, la expansión y el “boom” y su extremo opuesto, el estancamiento, la recesión y la depresión). Y el segundo factor causal se debería al involucramiento y posterior entrampamiento del imperio norteamericano en la guerra del Vietnam, un hecho de la esfera política que tuvo sus implicaciones en la economía norteamericana.
La crisis general del capitalismo ha recorrido dos etapas y ahora se encuentra en la tercera. La primera etapa comienza con la Gran Revolución Socialista de Octubre y la primera guerra mundial. En el curso de la segunda guerra mundial y de las revoluciones socialistas en varios países de Europa y Asia, transcurre la segunda etapa de la crisis general del capitalismo. En la actualidad, el capitalismo ha entrado en la tercera etapa de su crisis general. La peculiaridad de dicha etapa es la de haberse iniciado en tiempos de paz.  

El problema de los mercados
Para que la economía capitalista funcione de manera adecuada, los procesos de acumulación (ahorro e inversión) deben invertirse en nueva capacidad productiva. La falta de inversión en el aumento de la capacidad productiva trae como consecuencia una disminución en la tasa de empleo. La caída del empleo, el ingreso y el gasto, comporta un debilitamiento del consumo que tiende a desalentar la inversión. De ahí que el proceso de acumulación en ahorro e inversión dependa del consumo de quienes trabajan y obtienen un ingreso. los factores endémicos que estimulan tales círculos viciosos son esencialmente dos: i) el riesgo en la inversión productiva (lo que Marx define como el riesgo de desvalorización del capital) y ii) la tendencia constante a la disminución real de los salarios.
La respuesta que el sistema económico diseña es una incentivación artificial del consumo a través de la expansión ilimitada de deuda que genera "burbujas especulativas", esto es, políticas monetarias expansivas orientadas a aumentar la liquidez y el circulante, así como el acceso fácil al crédito (reducción de tasas de interés para acelerar la inversión y el crédito al consumo, emisión de títulos de valores, aumento de la deuda pública, disminución del coeficiente de caja bancario para que los bancos presten más dinero contando con menos reservas líquidas, entre otras políticas diversas). Esta expansión ilimitada de la deuda sostiene el gasto en "burbujas de endeudamiento" que se van apilando hasta que el flujo de ingresos que las sostienen se ralentiza o inevitablemente se detiene hasta hacerlas estallar.
La expansión económica se construye sobre la base del endeudamiento. Pero no sólo las personas sustentan su consumo en deuda, también los Estados hacen lo mismo. Todos los gobiernos europeos, excepto Noruega, gastan más de lo que ingresan.
En el proceso del capital (de dinero a la mercancía y el retorno al dinero) hay muchos momentos donde el fracaso (Scheiterns) es posible. Esta incertidumbre, dada por la posibilidad de que el capital se desvalorice a lo largo de su proceso genera desconfianza en la inversión productiva y, así, da lugar a un déficit o una carencia de la misma. 

El problema del desempleo y las migraciones
El capitalismo surgió de la emigración de la fuerza de trabajo disponible para la acumulación de capital. La emigración siempre ha sido y es una constante del capitalismo. Marx en “El Capital” habla de la acumulación originaria del capital, además del expolio y la colonización de continentes enteros, y coloca a las migraciones como base de la expansión del trabajo asalariado. Señalaba la imposibilidad de aumentar extensiva e intensivamente la explotación de los obreros que ya trabajan, siendo forzoso la incorporación de fuerzas de trabajo adicionales. Aquí el propio mecanismo de la producción capitalista lo resuelve, la propia reproducción de la clase obrera.
Para Marx las migraciones son un fenómeno permanente en el surgimiento y desarrollo del capitalismo. Marx señaló que el maquinismo que desplaza a la manufactura permite a la acumulación de capital utilizar fuerza de trabajo poco calificada, donde el régimen industrial capitalista moviliza fuerzas de trabajo con escaso valor de cambio. A su vez rechaza a los obreros especializados que la máquina vuelve superfluos, los cuales se convierten en parte de lo que Marx llamaría superpoblación relativa, ejército industrial de reserva. Maquinismo y ejército de reserva, provocan la emigración de parte de ese contingente de fuerza de trabajo nacional sobrante. Por ello Marx señala que la constante “eliminación” de obreros en los países de gran industria fomentó la emigración y la colonización de países extranjeros.

La militarización de la economía de los países capitalistas occidentales
La militarización de la economía bajo el imperialismo es la adaptación de la economía de los estados imperialistas a las necesidades de las guerras de conquista por ellos organizadas con el fin de que los monopolios capitalistas obtengan elevadas ganancias. En el período de tránsito al imperialismo, la militarización alcanzó su grado máximo en la Alemania kaiserista: en vísperas de la segunda guerra mundial, en la Alemania de Hitler y en el Japón, y después de la segunda guerra mundial, en los Estados Unidos. La militarización de la economía se expresa, ante todo, en el crecimiento de la producción bélica y de las ramas de la economía a ella vinculadas, a menudo en detrimento de la industria civil. Ello conduce a un aumento en flecha de los gastos militares del Estado. Bajo el influjo de la militarización, se refuerza el capitalismo monopolista de Estado. 

Se acentúa la explotación de los trabajadores en los países capitalistas
Con el paso se los años, desde la “organización científica del trabajo” y su aplicación en la práctica, se han mejorado las condiciones de trabajo. Llegó un momento en que los nuevos salarios en las fábricas de Ford permitieron a sus trabajadores convertirse en consumidores, inclusive de los autos fabricados por ellos, así que los trabajadores que no se sentían interesados en un trabajo repetitivo, recuperaban fuera del trabajo su condición humana (o creían recuperarla) como consumidores, gracias a los salarios relativamente altos que percibían. Luego, se aumentó la productividad y se redujo el tiempo de trabajo. En la actualidad, sin embargo, pese a que continuó aumentando considerablemente la productividad, esa tendencia a la reducción de la jornada laboral se invirtió y también aumentó la intensidad del trabajo a causa de la necesidad que tiene mucha gente de trabajar más tiempo (en el mismo empleo o en un trabajo adicional) a fin de ganar lo mínimo necesario para sobrevivir.
De modo que puede decirse que la esclavitud asalariada propia del capitalismo, que pudo entenderse limitada sólo a la jornada laboral, ahora se extiende a todo el tiempo de la vida de los asalariados. De alguna manera, ha desaparecido la diferencia entre la esclavitud como sistema prevaleciente en la antigüedad (el esclavo al servicio del amo de manera permanente) y la esclavitud asalariada moderna. La mayor parte del beneficio resultante del aumento de la productividad engrosa la renta capitalista y una mínima parte se incorpora al salario, aunque no siempre. Es así como una constante del sistema capitalista es la profundización de la desigualdad en la distribución del producto. Y del mismo modo, el tiempo social liberado por el aumento de la productividad se distribuye desigualmente: el tiempo que dedican al trabajo los asalariados no disminuye, ni aproximadamente, en la misma proporción en que aumenta la productividad. 

Retroceso en los logros sociales de los trabajadores a escala mundial
Una de las características del capitalismo como sistema económico es su inestabilidad. A lo largo de los siglos, ha probado tener una enorme capacidad para lidiar con la incertidumbre, la recurrencia, la circularidad y, al mismo tiempo, ha sabido producir y reproducir los mecanismos más acerados de su existencia, como lo son la acumulación de riqueza, la explotación de la fuerza de trabajo, la depredación y una excepcional capacidad de reinvención ideológica cada vez que se encuentra frente a frente con un estado sorpresivo de crisis.
A comienzos del siglo XXI, el neocolonialismo surge nuevamente y de manera reforzada con nuevas características y elementos. En África muchos países se encuentran bajo intensas presiones por parte de EE. UU y lo mismo ocurre con Latinoamérica. En Asia, al Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, le preocupa el vertiginoso desarrollo que se viene produciendo en la república Popular China. En los antiguos países socialistas de Europa, la clase obrera se encuentra en un estado feudal. El racismo, el neofascismo y la xenofobia están reapareciendo de manera gradual. La revuelta de los inmigrantes en Francia y Estados Unidos, así lo demuestran.
En las luchas actuales de los movimientos obreros y sindicales de trabajadores, los reveses de 1989-1991 trajeron aparejado un cambio en la correlación de fuerzas que le proporcionó a los EE.UU. la dominación del mundo, lo cual ha generado el cambio de fronteras estatales, millones de refugiados, la muerte de personas inocentes, la abolición de la independencia y soberanía de los países y la esclavitud de naciones. Los datos estadísticos expresan que bajo el imperialismo contemporáneo unos 8,5 millones de refugiados y otros 21 millones de personas han tenido que emigrar de una región a otra dentro de sus propios países. Utilizando el pretexto de la guerra contra el terrorismo, se han restringido los derechos democráticos y sindicales de los trabajadores; también se han restringido las libertades humanas.
Con el triunfo del neoliberalismo, los gobiernos nacionales, como agentes reguladores de los mercados nacionales de trabajo, comenzaron a desarrollar, de manera más o menos coordinada, una serie de políticas de liberalización o flexibilización de dichos mercados, encaminadas a abaratar los procedimientos de contratación, de despido y de gestión de mano de obra, así como a reducir los salarios reales, lo que señala invariablemente algunos retrocesos en las mejoras sociales de los trabajadores.  

Rebelión política de los países explotados
Durante la mayor parte del siglo los países pobres, faltos de toda organización, fueron fácilmente manipulados por un puñado de compañías que controlaban las principales industrias mundiales. En los años 60, siete corporaciones mundiales con direcciones entrelazadas controlaban el 83% de la producción de Cobre fuera de los países socialistas. Sin embargo, en la actualidad esta situación ha cambiado; los países imperialistas afrontan hoy en diversas magnitudes la falta de materias primas, mientras que los países subdesarrollados han emprendido diversas acciones para proteger sus recursos básicos y venderlos a un precio razonable y tratan de crear industrias de transformación en sus propios países.
En 1975, según “Le Monde Diplomatique”, los países subdesarrollados producían el 40 por ciento del hierro consumido por los países capitalistas industrializados, pero sólo participaban con el 4,5% en la fabricación de acero. En la bauxita la producción conjunta de los subdesarrollados constituye el 64,5% del total, mientras que su participación en la producción de aluminio se limita a un 6,5%. En esa misma época la dependencia norteamericana de minerales extranjeros había crecido a un ritmo difícil de soportar.
Estados Unidos carece del Titanio, Platino y Colombio que emplea su industria aeronáutica, del Manganeso para producir hierro en lingotes, de la Bauxita que necesita en la industria del aluminio, del zinc que utiliza en la fabricación de hierro galvanizado, del estañó empleado en la fabricación de envases, del Tungsteno vital para endurecer las herramientas cortadoras de alta velocidad; para este país cada vez es mayor su dependencia de importación de estos minerales, y una buena cantidad proviene del Tercer Mundo.
Cada vez resulta más evidente que la negociación colectiva, cuando se trata de la explotación de recursos naturales, es la clave para poner coto al poder de las corporaciones mundiales. El poder de negociación de los países subdesarrollados ha mejorado enormemente en los últimos años. Los intereses comunes frente a los grandes colosos imperialistas han primado sobre sus diferencias, dando origen a un frente común que cuenta con el apoyo entusiasta del campo socialista. La correlación mundial de fuerzas ha cambiado en favor de los movimientos de liberación nacional y el campo socialista. 

Renacer del socialismo
Tres cuartos de siglo después del comienzo de la era imperialista, las Naciones Unidas se han visto obligadas a aceptar que, a pesar de los planes de ayuda a los países “subdesarrollados”, los países ricos son cada vez más ricos y los países pobres van siendo cada vez más pobres. Estos países no tienen ninguna esperanza de salir de su situación de subdesarrollo y de explotación dentro del sistema imperialista. El camino de liberación de los países “subdesarrollados” pasa por la ruptura definitiva de los lazos que los atan a las potencias imperialistas y por su participación en el proceso de la, revolución socialista mundial.
Entre los partidarios del Socialismo hay distintas opiniones, que van desde las que consideran que no hay duda sobre la permanencia y superación del Socialismo en la Unión Soviética, hasta las que sostienen que el primer intento socialista (la Revolución Rusa de 1917) ha fracasado; éstos opinan que, más adelante se volverá a iniciar el proceso. Países como Vietnam, Corea del Norte, China y Cuba se han declarado socialistas y están en curso distintos intentos de rectificación y superación, sin salir del marco socialista.
Se pueden mencionar también algunos estados de Europa occidental, que han sido o están siendo gobernados por partidos socialistas o social-demócratas, aunque más bien se trata de un capitalismo "moderado", del llamado Estado de bienestar, con determinadas ventajas y garantías para los trabajadores, pero sin abolir el principio de la ganancia privada.
Por otra parte, están los "Socialismos" de los países subdesarrollados, como el que rigió durante algún tiempo en la India, y también en Indonesia, Egipto, Argelia y otros. Se trata propiamente de una combinación de Capitalismo de Estado (que se encarga fundamentalmente de la infraestructura) y de empresa privada; es decir, de una forma de "economía mixta". El sistema no ha pretendido terminar con la ganancia basada en la propiedad privada; pero, sí ha sido útil para impulsar hasta cierto grado el desarrollo nacional, aprovechando las rivalidades entre los países socialistas de su momento y los capitalistas. Sin embargo, el crecimiento económico logrado no ha permitido un mejoramiento importante en el nivel de vida de sus pueblos, y la pretensión socialista se encuentra actualmente en retroceso o ha sido abolida en la mayor parte de estos países en los últimos años.
En resumen, puede decirse que está abierta actualmente la posibilidad de la superación del Socialismo existente en la Unión Soviética y en otros países (o de su transformación en auténticamente socialistas). Por otra parte, nada obliga a pensar que una nueva construcción socialista, que tome en cuenta las experiencias obtenidas, no pueda lograr éxito y dar lugar, con una adecuada estructura social y política, a la liberación de la iniciativa de los pueblos y de las fuerzas creadoras del hombre y significar un nuevo y trascendental avance de la humanidad.



CONCLUSIONES
Imperialismo y monopolios constituyen una unidad de dos elementos; por una parte, el elemento económico o capital financiero, como la unión del capital bancario de algunos grandes bancos monopolistas con el capital de los grupos monopólicos de industriales, y, por otra parte, el elemento político, esto es, el reparto del mundo, que viene a ser el tránsito de la antigua política colonial que se expandió, sin obstáculos, en las regiones todavía no apropiadas por ninguna potencia capitalista, a la política colonial de dominación monopolista de los territorios del globo, por parte de los países imperialistas. 

El imperialismo como fenómeno económico y político contiene cinco rasgos fundamentales: 1) concentración de la producción y del capital, de un grado tan elevado de desarrollo que ha creado los monopolios, los cuales, desempeñan un papel decisivo en la vida económica del mundo; 2) fusión del capital bancario con el industrial, creándose el capital financiero y, de éste proceso, surge la oligarquía financiera; 3) exportación de capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia particular; 4) formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo, y 5) culminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes. 

ANÁLISIS INDIVIDUALES
García Ana C.I.: 24.027.080
Alguna vez Lenin escribió que "Si fuera necesario dar la más breve definición del imperialismo tendríamos que decir que que es la etapa monopolista del capitalismo", lo cual resume muy brillantemente el concepto de este término, dando también toda su significación al predominio del monopolio en los países capitalistas más avanzados. El capitalismo monopolista ha sufrido cambio; la competencia, que fue la forma predominante de la relaciones de mercado en el siglo diecinueve ha cesado de ocupar tal posición en todas partes del mundo capitalista, siendo hoy la unidad económica típica en el mundo capitalista la empresa en gran escala que produce una parte importante del producto de una industria o de varias industrias y que es capaz de controlar el precio, el volumen de su producción y los tipos y cantidades de sus inversiones. En la actualidad, la iniciativa revolucionaria contra el capitalismo, que en los días de Marx correspondió al proletariado de los países avanzados, ha pasado a manos de las masas empobrecidas de los países subdesarrollados que están luchando por independizarse de la dominación y explotación imperialista. 

Pérez Floribeth C.I.: 23.543.058
La concepción de los marxistas de principios de siglo XX identifican al imperialismo con una nueva etapa del capitalismo surgido con la irrupción del monopolio, hacia fines del siglo XIX, siendo su principal característica, según Lenin, el monopolio que consiste en “la dominación de las asociaciones monopolistas de grandes patronos. Pra muchos teóricos, el capitalismo monopolista reemplazó al capitalismo de libre competencia y la competencia se transformó en monopolio, que es la base de la vida económica. Esto implica que prevalece la violencia en la manipulación de precios; la ley mercantil pierde relevancia, y las ganancias son, más, el producto de “maquinaciones financieras y estafas”, y del robo, que de la ley económica. También la competencia se desplaza del mercado interno al mercado mundial, y se desarrolla a través de conflictos armados entre las potencias. El capitalismo monopolista se caracteriza por el estancamiento de las fuerzas productivas y ha llevado a la fusión del capital bancario con el capital industrial, convirtiéndolo en capital financiero.

Sifontes Yusbely C.I.: 25.262.614
El tema del imperialismo ha sido tratado y debatido ampliamente al paso de los años; para muchos la referencia obligada son los trabajos de Lenin, Hilferding, Hobson, Bujarin entre otros, pero la idea general que sigue en pie es que el imperialismo se caracteriza por el predominio del monopolio y la explotación de las colonias, las semicolonias y los países dependientes por los países industrializados. Ya en el siglo XX, se relaciona al sistema capitalista con una nueva era en la que hay una combinación de guerras: guerras mundiales entre las potencias; guerras de los pueblos oprimidos contra el imperialismo y por su liberación nacional; y guerras civiles de los trabajadores contra el capital en los países industriales avanzados. 

Zamora Roxand C.I.: 24.666.878
El capitalismo monopolista es una forma del capitalismo, o más bien una etapa del capitalismo, que se produce cuando los dueños del capital unen su fuerza al poder del Estado burgués con el fin de afianzar este régimen, logrando proporcionar a un puñado de magnates ganancias máximas, y reducir las reivindicaciones progresistas de ayuda social a los desfavorecidos. Lenin definió el imperialismo no sólo como la época de los gigantescos monopolios capitalistas, sino, además, como la “época de la transformación del capitalismo en capitalismo monopolista de Estado”. Con este sistema la concentración de capitales es inmenso en manos de los principales monopolios cuyo poderío se refuerza a niveles superiores porque la riqueza del capital aumenta.


REFERENCIAS

  1. Capitalismo monopolista. Enciclopedia de Economía. Disponible: http://www.economia48.com/spa/d/capitalismo-monopolista/capitalismo-monopolista.htm
  2. Diccionario de Economía política. Imperialismo. Disponible: http://www.eumed.net/cursecon/dic/bzm/i/imperialismo.htm
  3. El imperialismo, fase superior del capitalismo. Disponible: https://es.wikipedia.org/wiki/El_imperialismo,_fase_superior_del_capitalismo
  4. Giraldo, J. (2002). Justificación de los monopolios en las economías de libre mercado. Disponible: https://www.gestiopolis.com/justificacion-monopolios-economias-libre-mercado/
  5. La oligarquía financiera. Libro de Texto Economía Política, Sección Primera, Capítulo VI, pp. 169-170. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 19??.
  6. Material didáctico de ciencias sociales. Economía Política. Ed. Progreso. Moscú. Pág 227.
  7. Barrios, S. (2015). La crisis general del capitalismo (1968-1991). Disponible: http://www.alainet.org/es/articulo/169122
  8. Hidalgo Capitán, A. (2011) Economía política global. Una introducción. Edición electrónica gratuita. Texto completo disponible en: www.eumed.net/libros/2011b/942/
  9. Harnecker, M. (1979). Imperialismo y dependencia. Editora Nacional Quimantú, 1ª. Ed. Chile.
  10. Araujo, M. (2012). Socialismo. Fuerza Universidad Experimental Politécnica de la Armada Nacional. Disponible: http://www.monografias.com/trabajos70/socialismo/socialismo2.shtml

viernes, 31 de marzo de 2017

EL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA


EL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA

AUTORES:
García Ana C.I.: 24.027.080
Pérez Floribeth C.I.: 23.543.058
Sifontes Yusbely C.I.: 25.262.614
Zamora Roxand C.I.: 24.666.878

NACIMIENTO DEL TIPO DE ECONOMÍA MERCANTIL
El mercantilismo es una corriente del pensamiento económico surgida en el período de descomposición del feudalismo y de emergencia del capitalismo, cuyo desarrollo puede ubicarse en la primera mitad del siglo XVII, aunque su aparición se remonta a los siglos XV y XVI, en Europa Occidental.
En tal contexto histórico, el mercantilismo expresó los intereses del capital mercantil. El desarrollo del comercio y del crédito fue paulatinamente permitiendo que las ciudades medioevales se fueran especializando y enlazando e incluso se establecieran fuertes alianzas entre ellas, de modo que favorecieron la expansión de las relaciones internacionales del comercio y el crédito y, con ello, la aparición de una potente clase de capitalistas mercantiles y prestamistas. Una vez que el capital industrial y, consecuentemente, la industria, prevalecieron sobre el comercio, el capital comercial fue subordinado por el primero, dando lugar a la rápida desaparición del mercantilismo. El desarrollo de las fuerzas productivas proporcionó la base necesaria para el nacimiento del tipo de economía capitalista.

LA PRODUCCIÓN MERCANTIL
La Producción Mercantil es una organización de la economía social, en donde los productos son elaborados por trabajadores sueltos y aislados, los productos no se destinan al consumo, si no a la venta, al cambio en el mercado donde las relaciones entre los hombres, actúan como relaciones entre cosas. Bajo el capitalismo, la producción mercantil se basa en la propiedad capitalista privada sobre los medios de producción y en el trabajo asalariado de los obreros. La producción mercantil, bajo el socialismo, se diferencia en que la propiedad es social y no privada.

La mercancía y sus cualidades
La mercancía son valores de uso que satisfacen necesidades, que llevan trabajo invertido y están destinadas al intercambio. La mercancía es un objeto material externo capaz de satisfacer necesidades que tiene trabajo incorporado, y que está dirigido al cambio a través de un acto de enajenación teniendo como destino final el mercado. La mercancía tiene ciertas propiedades o características: es un objeto material, satisface necesidades, está destinada al intercambio y tiene trabajo incorporado.
También tiene cualidades:
  • Utilidad: está condicionada con las cualidades materiales de la mercancía y esta determina el trabajo concreto.
  •  Cantidad: Significa que la mercancía debe medirse por el trabajo que ella encierra. Se mide por la cantidad de sustancia creadora del valor, es decir del trabajo que encierra. 
El trabajo simple, complejo, directo y abstracto
La mercancía se da con la división social del trabajo, y el trabajo está dividido en dos partes:
  • Trabajo concreto: Es útil, especifico, ya que posee una finalidad específica y valores de uso que es la riqueza material.
  • Trabajo abstracto: El trabajo de los productores de mercancías, concebido como inversión de su fuerza humana de trabajo en general, independientemente de la forma concreta que revista, es el trabajo abstracto, este crea el valor de la mercancía.
Por otro lado, el trabajo se divide de acuerdo al grado de calificación en:
  • Trabajo simple: es el empleo de la fuerza de trabajo que todo obrero común por término medio posee, sin necesidad de una preparación especial.
  • Trabajo complejo o calificado: Se requiere para su realización una preparación especial, es la sumatoria de los trabajos simples. Se requiere una mayor inversión de recursos para preparar la fuerza de trabajo.
El trabajo también se divide de acuerdo a la división social:
  • Trabajo privado: Es el trabajo individual que los productores de “Mercancías” en forma aislada realizaban los unos de los otros.
  • Trabajo social: Es en el que se satisfacen las necesidades en el mercado, en la compraventa de “Mercancía” es decir es cuando uno trabaja y utiliza elementos que fueron creados por otras personas o la naturaleza. 
Tiempo de trabajo socialmente necesario
Es el tiempo que se necesita para elaborar una mercancía en las condiciones de producción socialmente normales. En la economía mercantil basada en la propiedad privada, la magnitud del tiempo de trabajo socialmente necesario para elaborar un producto se establece espontáneamente en el curso de la competencia entre los productores de mercancías. El tiempo de trabajo socialmente necesario determina la magnitud del valor de la mercancía.
Los capitalistas en cuyas empresas el tiempo individual de trabajo es menor que el socialmente necesario perciben, además de la ganancia habitual, una plusvalía extraordinaria. Los fabricantes que producen una mercancía sobre la base de un tiempo individual de trabajo mayor que el socialmente necesario, sufren pérdidas y se ven obligados a mejorar la técnica de la producción, a elevar la productividad del trabajo.
En la economía socialista, la magnitud del tiempo de trabajo socialmente necesario se forma bajo la acción planificada del Estado. Debido al crecimiento incesante de la productividad del trabajo social, se crean condiciones para reducir sistemáticamente, según un plan, el tiempo de trabajo socialmente necesario. 

La naturaleza del dinero
El dinero es un instrumento de cambio, que no puede existir a menos que existan bienes producidos y hombres capaces de producirlos. El dinero es la forma material del principio que los hombres que desean tratar entre sí deben hacerlo por intercambio y dando valor por valor. El dinero no es el instrumento de mendigos que claman tu producto con lágrimas, ni el de saqueadores que te lo quitan por la fuerza.
El dinero es la invención del hombre, sin embargo, a lo largo de la historia se han ido comprendiendo diversos aspectos de la economía que reflejan la existencia de la naturaleza del dinero. Uno de los comportamientos más importantes de la economía es la apariencia de lo que es escaso y lo que es útil, ya que marca la pauta sobre como apreciamos las cosas. Es claro que conforme van cambiando los intereses de los humanos, al mismo tiempo cambia lo valioso y lo útil, por el valor que tienen los metales preciosos de igual manera la creación de los estándares de papel y la moneda guardando gran valor real.
Otra tendencia natural de la economía es la propia depreciación y la inflación, es decir entre más dinero circule menos valor tiene, respondiendo al principio de la escasez. 

El fetichismo de la mercancía en el capitalismo
El fetichismo de la mercancía es la materialización de las relaciones de producción inherentes a la economía mercantil basada en la propiedad privada sobre los medios de producción. Esta materialización posee un carácter objetivo. Los nexos sociales entre los productores privados únicamente se manifiestan en el mercado, en el proceso del cambio de sus mercancías. Nadie controla ni regula conscientemente estos nexos, que se desarrollan espontáneamente. Las relaciones entre los productores aparecen como relaciones entre los productos del trabajo humano. Esta forma específica de la expresión de las relaciones sociales se halla condicionada por el peculiar carácter social del trabajo que produce mercancías. En la producción mercantil basada en la propiedad privada, los frutos del trabajo son productos de trabajos privados independientes entre sí. Al mismo tiempo, entre los productores privados existe una estrecha conexión y dependencia recíproca basada en la división social del trabajo. 

CAPITAL Y PLUSVALÍA
El capital es un concepto básico de la economía moderna. Según Marx, “el capital es la potencia económica, que lo domina todo, de la sociedad burguesa. Debe constituir el punto de partida y el punto de llegada”.
Por su parte, Osorio, (2000), lo define como: “Son capital los bienes a los cuales se renuncia por un tiempo y los que se adquieren a consecuencia de ese renunciamiento y de los cuales se obtendrán goces demorados pero mayores; son capital los salarios que se abonan transitoriamente en dinero o especies, así como la riqueza empleada para ayudarnos a producir más riqueza”.
Walras, entiende por capital las riquezas duraderas, es decir que sirven para varios actos o ciclos de producción.  Los bienes que se consumen del primer uso, constituyen para Walras, renta.  Sus ideas se fundamentan en la duración, que nada tiene que ver con la producción.  Se dice: “Nada más duradero ni más improductivo que la Gran Pirámide”. 

Dinero y capital
En principio el dinero y el capital pueden ser lo mismo, pero algunos autores como Marx han opinado diferente. Según la conceptualización de los autores, el dinero como simple medio o elemento de intercambio de mercancías seguirá siendo dinero en su forma más simple, pero cuando ese dinero permite obtener una ganancia o utilidad en el intercambio de mercancías, se convierte en capital.
El dinero se utiliza para comprar bienes y servicios. Cuando este proceso es desarrollado por los consumidores estamos hablando de simple dinero. Pero si este proceso es realizado por empresarios, el dinero puede convertirse en capital puesto que el comerciante durante ese proceso obtiene una ganancia, obtiene un dinero adicional, el cual se convierte en capital. 

La fuerza del trabajo como mercancía
La fuerza de trabajo es la mercancía cuyo valor de uso tiene la propiedad de ser fuente de valor (el trabajo crea valor). Las condiciones para que la fuerza de trabajo sea mercancía son:
  • La fuerza de trabajo no debe ser un valor de uso para su dueño
Y la fuerza de trabajo es una mercancía doblemente libre:
  • El obrero debe ser un hombre libre, para poder vender su fuerza de trabajo. Es libre de elegir con que capitalista trabajar
  • El obrero debe ser separado, “libre” de los medios de producción. el trabajador carece de la posibilidad de ofrecer otra mercancía que no sea su propia capacidad de trabajo.
La fuerza de trabajo tiene valor y se determina por el tiempo socialmente necesario para su producción y reproducción, es decir, la existencia y subsistencia del obrero. Esto implica todos los medios de vida que necesita el obrero para vivir, más los gastos de instrucción que califican al obrero para su trabajo. 

La Ley del Valor
Es una ley económica de la producción mercantil o ley del intercambio equivalente de mercancías, de modo que la producción y el cambio de las mismas se efectúan a tenor del trabajo socialmente necesaria invertido en ellas. En la economía mercantil basada en la propiedad privada, la ley del valor regula espontáneamente la distribución de los medios de producción y de trabajo entre las distintas ramas de la economía nacional.
Esta ley actúa en todas las formaciones socio económicas basadas en la propiedad privada sobre los medios de producción y constituye un regulador espontáneo de la producción mercantil. 

La producción de plusvalía
La plusvalía es la cantidad de valor que no es remunerado al trabajador dentro de su salario. El capital, justamente, se define por la concentración de fuerza de trabajo que es la única que genera valorización del dinero. La jornada laboral está dividida en dos partes: la primera, el tiempo necesario, la segunda el tiempo excedente. (Ejemplo, el obrero trabaja 8 horas, pero de esas ocho le son remuneradas sólo 4, lo demás es plusvalía: explotación capitalista).
La plusvalía puede ser absoluta y relativa:
  • Plusvalía absoluta: se intenta aumentar directamente el trabajo excedente por medio de un aumento en la intensidad del trabajo (reducir tiempos muertos) o de un alargamiento de la jornada laboral (aumentar el trabajo que no es remunerado en el salario). Esta plusvalía tiene límites naturales, es decir no se le puede hacer trabajar al obrero más de una cierta cantidad de horas.
  • Plusvalía Relativa: se intenta reducir el trabajo necesario y aumentar el excedente. Hay dos formas:
  1. Incrementar la productividad del trabajo: incorporando nuevos bienes de capital/tecnología  u organizando más eficientemente el proceso de producción.
  2. Abaratamiento de los medios de subsistencia del trabajador: abaratamiento del salario: baja del trabajo necesario y se aumenta indirectamente el trabajo excedente. 
La jornada de trabajo
La jornada de trabajo es el tiempo del día durante el cual el trabajador labora en una empresa o institución. La naturaleza social de la jornada de trabajo es determinada por las relaciones de producción que dominan en la sociedad. La jornada de trabajo se divide en tiempo de trabajo necesario y tiempo de trabajo adicional.
Los términos máximos de duración de la jornada de trabajo, en el régimen capitalista, dependen de dos tipos de factores. Por una parte, dependen de los límites físicos en que puede usarse la fuerza de trabajo, pues el obrero necesita cierto tiempo para el sueño, el descanso, la comida y la satisfacción de otras necesidades físicas indispensables. Por otra parte, dependen de exigencias de carácter social y moral; el obrero necesita tiempo para satisfacer sus necesidades espirituales y sociales, cuyo nivel y carácter dependen del estado general de la cultura en un país dado, del grado de desarrollo de la clase obrera y de la lucha clasista del proletariado. 

EL SALARIO
Es el precio de los servicios económicos, la cantidad de riqueza que se obtiene en cambio de un esfuerzo productivo, hecho por cuenta ajena. EI salario es la retribución fija del trabajo, la que el empresario le anticipa y asegura tomando sobre sí los riesgos y haciendo suyos los beneficios de la industria.
El salario puede fijarse de forma bilateral, por acuerdo entre las dos partes contratantes (empresario y trabajador), o ser objeto de negociación colectiva, entre los sindicatos y las organizaciones empresariales. En el salario del trabajador hay que incluir tanto las retribuciones directas, en dinero o en especie, como las indirectas: casa, escuela gratuita para sus hijos, manutención, casa de vacaciones gratuita o por un alquiler inferior al del mercado, etcétera, siempre que se obtengan por razón del trabajo o servicio prestado.
Un buen sistema salarial debe reunir las siguientes condiciones de orden psicológico:
  • el sistema debe ser fácil de comprender y el salario fácil de calcular por el obrero;
  • el sistema debe ser conocido con anterioridad a la ejecución del trabajo;
  • el salario debe pagarse lo antes posible después de efectuar el trabajo, y
  • el salario debe ser más elevado cuanto mayor sea el esfuerzo y la productividad del trabajador.
El precio de la fuerza de trabajo y la naturaleza del salario
Marx analiza la manera como el precio de la fuerza de trabajo se transforma en salario. Según el marco teórico que legitima a la sociedad burguesa, el salario que percibe el trabajador es una suma de dinero que se paga por el trabajo que realiza. Por un lado, se habla del “valor del trabajo” y se denomina “precio natural” del trabajo a su expresión en dinero. Por el otro, se habla de los “precios comerciales del trabajo”, de los precios que se sitúan por encima o por debajo de su precio necesario. El valor de una mercancía es “la forma materializada del trabajo social invertido para su producción”. La magnitud de su valor se mide por la magnitud del trabajo que encapsula. Para ser vendido en el mercado como mercancía, el trabajo debe necesariamente existir antes de ser vendido. Si el obrero estuviese en condiciones, enfatiza Marx, de dar a su trabajo una existencia independiente, lo que en realidad haría sería vender mercancía y no trabajo. 

Salario nominal y salario real
El salario es el precio que paga el capitalista por comprarle su fuerza de trabajo al obrero, por determinado tiempo. Una vez comprado, el capitalista puede hacer que el obrero trabaje por el tiempo estipulado. El salario es el precio de la fuerza de trabajo. El salario no es parte de la mercancía producida por el obrero; es parte de la mercancía ya existente con la que el capitalista compra fuerza de trabajo. Lo que el obrero produce para sí mismo es el salario.
El salario nominal es la remuneración que recibe el asalariado por su trabajo mientras que el salario real está relacionado con el índice de precios al consumidor.
En términos económicos, el salario real muestra “realmente” si el poder adquisitivo del trabajador se ha visto afectado por la inflación, es decir, una subida de precios.
La diferencia entre ellos es que el salario nominal de un trabajador puede aumentar sin que se incremente su bienestar, es decir, que los precios de los bienes y servicios pueden subir más o en la misma proporción que los salarios nominales. Por ello, es el salario real el que proporciona de forma efectiva lo que realmente alcanza a adquirir el trabajador con su nómina.
Si el salario real aumenta es bueno porque significa que el trabajador puede comprar más cosas, si baja significa que tiene menos poder adquisitivo. 

Tendencia decreciente del salario real bajo el capitalismo
El nivel del salario real depende del monto del salario nominal y del nivel de los precios de los bienes y servicios indispensables al obrero y a su familia, así como de los impuestos que sobre éste gravitan. En el capitalismo se observa la tendencia a que el salario vaya a la zaga del valor de la fuerza de trabajo y a que disminuye el nivel del salario real. Con su lucha (económica y política), los trabajadores se oponen a que se rebajen los salarios, exigen que se eleven.
Pero bajo el capitalismo incluso sosteniendo una lucha económica activísima, los obreros sólo pueden lograr, en algunos períodos que los salarios se aproximen al valor, de la fuerza de trabajo; no pueden librarse de la explotación capitalista. Esto sólo puede alcanzarse como resultado de una amplia lucha política de la clase obrera por liquidar el régimen capitalista y sustituirlo por el socialista.  

La lucha natural de los trabajadores contra la explotación capitalista
El capitalismo, en un siglo de desarrollo ha incrementado enormemente su poder, no sólo a través de la expansión por toda la tierra, sino también a través del desarrollo bajo nuevas formas.
Con él, la clase obrera ha aumentado en poder, en número, en concentración masiva, en organización. Su lucha contra la explotación capitalista, por el dominio sobre los medios de producción, también se está desarrollando continuamente y se tiene que desarrollar bajo nuevas formas.
El desarrollo del capitalismo condujo a la concentración del poder sobre las ramas principales de la producción, en manos de los grandes intereses monopolistas. Estos están íntimamente conectados con el poder estatal, y lo dominan; controlan la prensa y dirigen la opinión pública.
El socialismo, erigido como la meta de la lucha de los obreros, es la organización de la producción por el Gobierno. Significa el socialismo de Estado, el mando de los funcionarios del Estado sobre la producción y el mando de los gerentes, científicos, jefes, en la fábrica. El socialismo fue proclamado la meta de la clase obrera cuando buscaba en el Estado protección contra la clase capitalista por medio de reformas sociales.
La meta de la clase obrera es su liberación de la explotación. Esta meta sólo puede ser realizada por los obreros mismos siendo dueños de la producción.
Los partidos políticos aspiran al poder político y a la dominación en el Estado. Para este propósito, tienen que ganarse a las masas de la población trabajadora. Así, los partidos de la clase obrera erigen como su meta la conquista del poder político para gobernar en interés de los obreros y abolir el capitalismo.
Por otro lado, la forma más fuerte de lucha contra la clase capitalista es la huelga, en especial las que van contra la tendencia de los capitalistas a incrementar sus ganancias mediante la disminución de los salarios y el incremento de las horas o de la intensidad del trabajo. 



Conclusión 
El modo de producción capitalista fue surgiendo en el seno del feudalismo en la Europa de la Edad Media, basado en la amplia utilización de trabajo asalariado de los operarios. Marx lo define como aquel que se centra en unas relaciones de producción basadas en la existencia de proletarios desposeídos con los medios de producción, que pertenecen al capitalista, por el que le venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Para Marx el beneficio del capitalista radica en que éste realiza el valor de lo producido mediante la venta en el mercado, que genera un precio superior al costo de producción si es que la actividad económica ha sido exitosa.
Sin embargo, el modo capitalista de producción es más progresivo, pues ha elevado a un nivel superior el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad, ha aumentado sensiblemente la productividad del trabajo social, ha llevado a cabo en proporciones inmensas la socialización del trabajo y de la producción, ha incrementado en gran medida el volumen de la producción y ha elevado su nivel técnico.
Dicho esto, y a pesar de haber desarrollado las fuerzas productivas sociales, el capitalismo, a juicio de muchos, también ha condenado a una gran parte de la sociedad, pues son fundamentalmente los capitalistas quienes se apropian de todos los beneficios que origina el incremento de la producción social.

LA ACUMULACIÓN CAPITALISTA
La acumulación capitalista es la transformación de la plusvalía en capital. La fuente de la acumulación capitalista radica en la plusvalía creada por el trabajo no remunerado de los obreros asalariados. Los motivos propulsores de la acumulación del capital son la sed de ganancia de los capitalistas y la competencia. La acumulación del capital tiene lugar en el proceso de la reproducción capitalista ampliada. 

La reproducción capitalista simple y ampliada
La reproducción capitalista simple es el proceso de renovación constante de toda la producción social capitalista en escala invariable. Constituye un aspecto importantísimo de la reproducción capitalista la realización de todo el producto social global en el mercado. Por su valor, el producto social global se compone de c + v + p, (capital constante + capital variable + plusvalía). Por su forma natural, se descompone en medios de producción y artículos de consumo. Correspondientemente, toda la producción social se divide en dos grandes secciones: I, producción de medios de producción, y II, producción de artículos de consumo. El conjunto de la producción de ambas secciones constituye el producto social anual. Si suponemos que el producto social global es de 9.000, el esquema de la reproducción simple ofrecerá el siguiente aspecto:
Sección I: 4.000 c + 1.000 v + 1.000 p = 6.000 (medios de producción).
Sección II: 2.000 c + 500 v + 500 p = 3.000 (artículos de consumo).

La reproducción capitalista ampliada es el proceso de renovación constante de toda la producción social capitalista en creciente volumen. Cuando la reproducción es ampliada parte de la plusvalía se capitaliza, es decir, se une al capital activo y se emplea para aumentar el volumen de la producción. Así tiene lugar una acumulación del capital.
Parte de la plusvalía acumulada se destina a la adquisición de medios adicionales de producción, y otra parte, a la compra de fuerza de trabajo adicional. La realización del producto social también es un aspecto importantísimo de la reproducción capitalista ampliada. Si suponemos que el producto social global es de 9.000, el esquema de la reproducción ampliada presentará el siguiente aspecto:
Sección I: 4.000 c + 1.000 v + 1.000 p = 6.000
Sección II: 1.500 c + 750 v + 750 p = 3.000

Concentración y centralización del capital
La centralización del capital es el crecimiento del volumen del capital por la unión de varios capitales en uno solo o por la absorción de uno de ellos por otro. Este proceso significa que entre los capitalistas se redistribuyen capitales ya acumulados. La particularidad del proceso de centralización del capital estriba en que tal proceso refleja relaciones sobre todo entre los propios capitalistas. Sirven de palanca para acelerar la centralización del capital la lucha competitiva entre los capitalistas y el desarrollo del crédito capitalista.
Se debe distinguir entre la concentración simple y la centralización del capital. La concentración simple es el efecto inmediato provocado por el desarrollo desigual sobre el fraccionamiento de los capitales, cuya causa se observa en la forma de incrementar la productividad del trabajo. Cada capital individual es un centro de concentración, porque reúne en grado creciente los medios para la valorización. Como esta valorización se encuentra sujeta a la ley de la acumulación, pasa por la búsqueda del ahorro relativo de trabajo vivo. 

El desempleo como reserva industrial necesaria en el capitalismo
El “desempleo” muestra que el objetivo del capitalismo no es la sociedad ni la necesidad humana, sino otra cosa que condena a la existencia de cierta cantidad seres humanos “sin trabajo”, sin “utilidad”, según el sistema.
Marx afirma en el capital que la Ley General del Desarrollo Capitalista es la pauperización relativa y absoluta de la clase trabajadora, y establece que la existencia de un “ejército industrial de reserva” es directamente proporcional al crecimiento del capitalismo.
La historia del capitalismo en el siglo XX es la historia de su decadencia y la decadencia de su cultura. Uno de los índices claros de la decadencia es la infinita corrupción de la aristocracia obrera que ha permitido el desmantelamiento de los pocos derechos sociales ganados en más de un siglo de luchas obreras.
 En esta nueva etapa, llamada “neoliberal” o “globalización” el capital se concentra y centraliza, pero su acumulación (generación de empleos) se mantiene estancada. engrosando día a día el ejercito industrial de reserva del capitalismo. 

La depauperación inevitable de los trabajadores en el capitalismo
Es la reducción del nivel de vida del proletariado bajo el capitalismo. Se manifiesta, ante todo, en el descenso del grado en que se satisfacen las crecientes necesidades, materiales y espirituales, de los obreros, en el empeoramiento de sus condiciones de trabajo y de vida. La depauperación absoluta de la clase obrera, lo mismo que la depauperación relativa del proletariado, es una consecuencia directa de la ley económica fundamental del capitalismo (la Ley de Producción de la Plusvalía) y de la ley general de la acumulación capitalista.
Una de las manifestaciones esenciales de la depauperación absoluta del proletariado bajo el capitalismo estriba en el descenso del salario real, con lo que se reduce el grado en que se satisfacen las necesidades del obrero indispensables para la reproducción normal de su fuerza de trabajo. 

La contradicción fundamental del capitalismo
La contradicción fundamental del capitalismo es la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de apropiarse el producto del trabajo. Esta contradicción expresa el profundo antagonismo entre el trabajo asalariado y el capital, entre las fuerzas productivas en desarrollo y las relaciones de producción capitalistas que las encadenan. A medida que se desarrollan las fuerzas productivas modernas, basadas en la gran industria maquinizada, la producción va concentrándose más y más, la división social del trabajo progresa, lo cual lleva a que se amplíen y se intensifiquen los nexos económicos entre las diversas empresas y ramas de la economía.
En la producción de cada clase de producto participan, directa o indirectamente, empresas de diferentes ramas de la producción, centenares de miles y millones de obreros, agrupados en las empresas capitalistas. El proceso de producción y de trabajo se socializa en grado creciente. Sin embargo, tanto la producción como sus resultados no pertenecen a quienes en realidad son sus creadores (los trabajadores), sino a personas privadas, a los capitalistas, quienes utilizan la riqueza social para obtener ganancias, y no en interés de toda la sociedad. 

EL CAPITAL COMERCIAL Y LA GANANCIA COMERCIAL
La ganancia comercial (bajo el capitalismo) es la ganancia que obtiene el capital comercial. Su fuente está en la plusvalía creada por el trabajo asalariado en el proceso de la producción. Cuando existe la libre competencia, la ganancia comercial equivale a la ganancia media. El capitalista industrial vende las mercancías a los capitalistas comerciales no por su valor, sino por algo menos, lo cual hace posible que los capitalistas comerciales obtengan la cuota media (general) de ganancia. El capitalista comercial obtiene la ganancia en forma de diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de las mercancías a costa de la plusvalía creada en el proceso de la producción. El capital comercial explota a los pequeños productores estableciendo las denominadas "tijeras de los precios". Es sobre todo característico de la época imperialista el aumentar los precios sobre los artículos de consumo industriales y el reducir los precios de las mercancías que se compran a los pequeños productores. Esto conduce a una redistribución de los ingresos de los trabajadores en favor de los capitalistas comerciales y al incremento de la ganancia comercial. 

La ganancia comercial y su origen
El capital comercial y usurario precedieron históricamente al capital industrial. El capital industrial recorre tres formas consecutivas: la monetaria, la productiva y la mercantil, que se distinguen entre sí por sus respectivas funciones. Al alcanzar cierto grado de desarrollo, estas formas del capital industrial se disocian y adquieren carácter independiente. El capital comercial y el capital del préstamo se desglosan del capital industrial. Se forman así, en el seno de la clase capitalista, tres grupos copartícipes en la apropiación de la plusvalía: los industriales, los comerciantes y los banqueros.
Por consiguiente, el capital comercial interviene, unido al de los capitalistas industriales, en el proceso de nivelación de la cuota de ganancia, como resultado del cual, tanto los capitalistas industriales como los comerciales, perciben la cuota media de ganancia en proporción al capital por ellos invertido. Cuando el capitalista industrial vende su mercancía no realiza toda la ganancia creada en la industria, sino solamente la parte que forma la ganancia media del capital por el invertido. 

Los gastos de circulación
El proceso de circulación capitalista de la mercancía requiere determinados desembolsos. Estos desembolsos en la esfera de la circulación de la mercancía son los gastos de circulación. Hay que distinguir dos clases de gastos capitalistas en la esfera comercial:
  • gastos netos de circulación, directamente enlazados con el proceso de compraventa de las mercancías y con las características del régimen capitalista. Entran en esta categoría los gastos determinados por la competencia y la especulación, las partidas de gasto de propaganda, la mayor parte de los desembolsos hechos para pagar el trabajo del personal comercial, para llevar la contabilidad y correspondencia, sostener las oficinas comerciales, etc.
  • gastos impuestos por las necesidades proseguir en la esfera de la circulación, proceso de producción de las mercancías. Figuran aquí los desembolsos necesarios para el acabado, el transporte y el embalaje de las mercancías. 
Formas de comercio capitalista
  • Comercio al por mayor: El comercio al por mayor es el comercio entre los capitalistas industriales y comerciales. Se efectúa comúnmente en los centros de comercio mayorista: las bolsas de comercio, las ferias y las subastas.
  • Comercio al por menor: El comercio al por menor es la venta de las mercancías por los capitalistas comerciales directamente a los consumidores. La orientación esencial del desarrollo del comercio al por menor bajo el capitalismo es su concentración en grandes almacenes, impuesta por el carácter universal de la demanda consuntiva y la competencia.
  • Comercio cooperativo: En el comercio capitalista ocupa un modesto lugar la cooperativa de consumo y la de abastecimiento y venta. Las cooperativas de consumo, que agrupan principalmente a trabajadores de las ciudades, compran mercancías directamente a los productores y las venden a los consumidores a precios algo más bajos que en los almacenes pertenecientes a los capitalistas comerciales. Las cooperativas de abastecimiento y venta agrupan a pequeños productores preferentemente a campesinos, organizan las ventas más ventajosas de sus productos y la adquisición de los medios de producción necesarios. 
Las bolsas de comercio
Es un tipo especial de mercado en que se compran y venden mercancías corrientes y homogéneas y donde se concentran la oferta y la demanda de estas mercancías para países enteros y, a menudo, para todo el mercado capitalista mundial. La finalidad de la bolsa de comercio es la inversión. A diferencia del ahorro en un banco, con la compra de acciones no se puede asegurar cuanto se ganará (ni si se ganará) sino que se hacen previsiones teniendo en cuenta múltiples factores de la economía del país y de las empresas que negocian sus acciones en particular. 

El comercio exterior
Se define como comercio internacional, comercio mundial o comercio exterior al intercambio de bienes, productos y servicios entre dos o más países o regiones económicas. Las economías que participan del comercio exterior se denominan economías abiertas. Este proceso de apertura externa se inició fundamentalmente en la segunda mitad del siglo XX, y de forma espectacular en la década de 1990, al incorporarse las economías latinoamericanas, de Europa del Este y el oriente asiático. Cada vez existe mayor interrelación entre lo que ocurre en los mercados internacionales y lo que sucede en la economía de un país determinado.
Los modelos del comercio exterior son los siguientes:
  • Modelo de la ventaja absoluta de Adam Smith: éste pensaba que las mercancías debían producirse en el país donde el coste de producción fuera más bajo y desde allí se exportaría al resto de países. Defendía un comercio libre y sin trabas para alcanzar y dinamizar el proceso de crecimiento, era partidario del comercio basado en la ventaja absoluta y creía en la movilidad internacional de los factores productivos. Según sus teorías, la ventaja absoluta la tienen aquellos países que son capaces de producir un bien utilizando menos factores productivos que otros, y, por tanto, con un coste de producción inferior.
  • Modelo de David Ricardo. Teoría de la ventaja comparativa: De acuerdo con esta teoría un país siempre obtendría ventajas del comercio internacional, aun cuando sus costes de producción fueran más elevados para todo tipo de productos fabricado, porque este país tenderá a especializarse en aquella producción en la que comparativamente fuera más eficiente. 
EL CAPITAL DE PRÉSTAMO Y EL INTERÉS

El capital de préstamo
Es el capital monetario que su poseedor concede a otros capitalistas por un determinado tiempo y por una determinada remuneración en calidad de interés. Su particularidad diferencial estriba en que quienes utilizan el capital pare producir plusvalía no son sus propios poseedores, sino otras personas; los capitalistas en funciones.
En el proceso del ciclo del capital industrial se forman sistemáticamente recursos monetarios que quedan libres por cierto tiempo. En su afán de obtener ganancias, los capitalistas que disponen de tales recursos los ceden en préstamo a los capitalistas industriales que los necesitan para ampliar la producción y aumentar la plusvalía. El capitalista industrial devuelve al capitalista que concede el préstamo y en forma de interés parte de la nueva plusvalía obtenida, es lo que abona por el derecho de utilizar el capital del prestamista. 

El interés y la ganancia del empresario privado
La ganancia del empresario es la parte de la ganancia media obtenida con capital tomado a préstamo; se apropian de ella los capitalistas industriales y comerciales. Con el fin de obtener mayores ganancias, los capitalistas, para ampliar la producción, no sólo utilizan su propio capital, sino, además, capital de préstamo, que obtienen de otros capitalistas que disponen de un excedente monetario. Dicho capital se destina a la compra de medios de producción y de fuerza de trabajo. Explotando el trabajo asalariado, el capitalista extrae plusvalía que adopta la forma transfigurada de ganancia.
Cuando el capitalista utiliza en la producción capital de préstamo, ha de entregar parte de la ganancia al prestamista. En consecuencia, la ganancia se divide en dos partes: la ganancia del empresario, de la que se apropia el capitalista industrial o comercial, y el interés, del que se apropian los capitalistas que han prestado el dinero. 

Formas de crédito: los bancos y sus operaciones
Las operaciones bancarias son todas aquellas operaciones de crédito practicadas por el banco de manera profesional, como eslabón de una serie de operación operaciones activas y similares. Los bancos, antes de conceder un crédito deben tener en cuenta la situación del futuro deudor, que comprende no sólo sus condiciones personales, sino también su solvencia económica.
Entre las formas de crédito bancario que se pueden citar se encuentran, los descuentos, las pólizas y el descubierto.
Los descuentos se dividen en descuentos de tipo comercial y de tipo financiero, entre los que se encuentran los siguientes:
  • Descuentos de tipo comercial: este tipo de crédito es mediante el cual la entidad financiera anticipa a su cliente el cobro de los efectos comerciales, los mismos pueden ser de letras de cambio, recibos, pagarés o cualquier otro medio de pago.
  • Descuentos de tipo financiero: se establece mediante una letra de cambio, la cual es descantada y produce un líquido (efectivo) que se ingresa en la cuenta corriente de cliente en cuestión.
Préstamo Bancario: Mediante este proceso una entidad financiera o Banco entrega el monto acreditado de dinero luego de descontar los gastos de formalización del contrato, mediante este tipo de préstamo el prestatario se ve obligado a devolver la cantidad abonado más los intereses acordados durante un tiempo de forma periódica.
Cuenta de Crédito: es la póliza mediante la cual un Banco o caja de ahorros se compromete a poner a disposición del cliente la cantidad acordada.
Descubierto en cuenta corriente: esto sucede con los adeudos de letras, los recibos domiciliados, el mejor ejemplo de esto es cuando el banco cobra de la cuenta del cliente, aunque el cliente no tenga fondos en su cuenta, en este proceso se le da un periodo para pagar la cantidad adeudada.
Excedidos en cuenta de crédito: esto sucede cuando el cliente supera el límite de crédito que se le ha otorgado, por ejemplo, las tarjetas de crédito las cuales dan un límite de crédito específico el cual puede ser superado en la mayoría de los casos por el 15% del monto total disponible. Este tipo de crédito suele tomar distintas modalidades en la práctica empresarial y en los mercados a nivel internacional. 

Las sociedades anónimas
La sociedad anónima (S.A.) es una forma de organización de tipo capitalista muy utilizada entre las grandes compañías. Todo el capital se encuentra dividido en acciones, que representan la participación de cada socio en el capital de la compañía. La fundación de una Sociedad Anónima requiere un capital mínimo bastante alto.
En prácticamente todas las legislaciones del mundo, una S.A. requiere dos o tres órganos obligatorios:
  • La Junta General de Accionistas (o Asamblea) es el órgano en el que se reúnen todos los accionistas. Uno de sus cargos es la elección de los administradores de la compañía.
  • Los administradores de la sociedad son los gerentes que forman la ejecutiva y al mismo tiempo son el órgano representativo.
  • El tercer órgano, que no existe en todos los países, es el consejo de vigilancia. Sus miembros tienen la tarea de supervisar a los administradores.
En Venezuela, las sociedades anónimas se rigen por lo dispuesto en el artículo 201 N.º 3 del Código de Comercio: “La compañía anónima, en la cual las obligaciones sociales están garantizadas por un capital determinado y en la que los socios no están obligados sino por el monto de su acción”. 

El capital ficticio y la circulación de monedas en los países capitalistas
La expresión capital ficticio fue introducida por Marx para designar aquellos activos financieros cuyo valor no se corresponde con algún capital real; el caso paradigmático son los títulos públicos. Es que cuando un gobierno emite títulos para cubrir sus gastos corrientes, el dinero que recoge no entra en algún circuito de valorización, y por lo tanto no es capital. Por eso Marx destaca que el precio del título no representa capital, o valor en proceso de valorización. Un pagaré o un bono del Estado solo dan a su propietario el derecho a participar de una parte de la plusvalía, bajo la forma de los impuestos que recaude el gobierno.
En Marx, encontramos tres grandes formas de capital ficticio: el capital bancario, la deuda pública y el capital accionario; todos ellos expresan las formas desarrolladas en la época en que se escribió El Capital. Si agregamos el actual mercado de derivados, tenemos, entonces, casi todo el capital ficticio que impulsa la acumulación de capital y que forma el conjunto de capitales que conducen al proceso de acumulación en general y las formas particulares de gestión de unidades individuales de capital, en esta fase del capitalismo financiado. 

LAS CRISIS ECONÓMICAS EN EL CAPITALISMO
Una de las características históricas más perceptibles del capitalismo como sistema económico y en tanto que conjunto articulado de procesos de civilización, es su inestabilidad.
Desde el momento de su eclosión histórica, en la segunda mitad del siglo XVI, el sistema económico se abrió lugar en un régimen feudal que nunca se acostumbró a depender tanto de la madre naturaleza para reproducirse a sí mismo. Hasta la segunda parte del siglo XVIII las crisis económicas fueron el resultado de un desenganche entre la capacidad productiva de los hombres y la capacidad reproductiva de la naturaleza.
Los marxistas alguna vez, creyeron que tales perturbaciones podrían conducir al derrumbe histórico del sistema capitalista como una totalidad, es decir, no sólo en sus niveles económicos y financieros, sino también sociales, políticos y culturales. Estos analistas siguen sosteniendo que las políticas económicas, coyunturales o estructurales, y la propia modificación interna del sistema, pueden atenuar algunas manifestaciones del ciclo, pero no pueden eliminarlo de raíz, como decíamos atrás, ya que forma parte del carácter intrínsecamente contradictorio del sistema. 

La base de las crisis capitalistas de superproducción
La crisis económica de superproducción es una fase del ciclo capitalista caracterizada por el estallido de todas las contradicciones de la economía capitalista. Se manifiesta en la superproducción de mercancías y en el hecho de que se acentúan bruscamente las dificultades de venta. Las empresas, o se cierran o reducen sensiblemente la producción de mercancías, crece el paro forzoso en masa, desciende en alto grado el nivel de vida de los trabajadores, se altera el comercio, se desequilibran las relaciones monetarias y crediticias, quiebran firmas industriales comerciales y bancarias.
El capitalismo sale de la crisis destruyendo parte de las fuerzas productivas (cierre de empresas, destrucción de mercancías), acentuando la explotación de los trabajadores y también renovando el capital fijo. 

Carácter cíclico de la reproducción capitalista
El ciclo capitalista es el movimiento de la producción capitalista a través de fases que guarden entre si una relación de sucesión: crisis, depresión, reanimación y auge. El conjunto de fases entre dos crisis forma un ciclo capitalista. La base del desarrollo cíclico de la producción capitalista es la crisis, fase principal del ciclo capitalista. Cada crisis, culminación de un ciclo, inicia un nuevo ciclo.
En la crisis estallan las contradicciones que se han ido acumulando durante el precedente ciclo de la producción capitalista. A la crisis sigue la depresión, lo que se caracteriza por el hecho de que se detiene el descenso de la producción y se entra en un período de estancamiento. En la fase de la depresión se crean las premisas de la subsiguiente reanimación y del auge. Los procesos fundamentales característicos de cada una de las fases del ciclo contribuyen a crear las condiciones que permiten pasar a la fase siguiente. El carácter cíclico constituye una propiedad orgánica del desarrollo de la producción capitalista. 

Las crisis agrarias y alimentarias en el capitalismo
Las crisis agrarias es la crisis económica de superproducción en la agricultura de los países capitalistas. La mengua de la producción industrial y el descenso de la capacidad adquisitiva de la población trabajadora hacen que disminuya la demanda de productos del campo. Durante la crisis agraria se reduce la demanda de maquinaria agrícola, de abonos minerales y otras mercancías industriales.
La primera crisis agraria se produjo entre 1870 - 1875, y duró hasta la segunda mitad de la última década del siglo: la crisis agraria subsiguiente abarcó desde 1920 hasta la segunda guerra mundial. Después de esta guerra, se inició una nueva crisis agraria, que aún subsiste. Todas estas crisis obedecen, por una parte, a una causa general: se agudiza la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de la apropiación; mas, por otra parte, a causas específicas relacionadas con los importantes cambios habidos en la producción agrícola en el marco de la economía capitalista mundial.
Durante la crisis, los capitalistas que toman tierras en arriendo, procurando que el peso de la renta recaiga sobre los trabajadores, disminuyen el salario a los obreros agrícolas, y en parte pagan la renta a costo de reducir el capital invertido en la agricultura; de este modo se hace difícil renovar el capital fijo y salir de la crisis lo cual, a su vez, determina su extraordinaria duración. Durante la crisis, los campesinos pequeños y medios, en su esfuerzo por evitar la ruina y mantenerse en sus tierras intensificando hasta un grado extremo su propio trabajo, aumentan la producción de artículos que ya no se venden, con lo cual se hace más difícil aun superar la crisis, y muchos campesinos se arruinan, se les priva de su propiedad y de medios de vida. 

Las crisis económicas periódicas y la agudización de las contradicciones en el capitalismo
Ordinariamente, las crisis capitalistas de superproducción tienen un carácter general. Comienzan en una rama cualquiera de producción y se extienden rápidamente a toda la economía nacional. Surgen en uno o en varios países y se hacen extensivas luego a todo el mundo capitalista.
En los tiempos de crisis, el Estado burgués acude en ayuda de los capitalistas mediante subsidios en dinero, que en definitiva pagan las propias masas trabajadoras. El Estado, valiéndose de su aparato de violencia y de coerción, ayuda a los capitalistas a mantener la ofensiva contra el nivel de vida de la clase obrera y los campesinos. Esto refuerza la depauperación de las masas trabajadoras. Al mismo tiempo, las crisis ponen de manifiesto la impotencia del Estado burgués ante la acción de las leyes espontáneas del capitalismo.
A este efecto, los economistas declaran que la causa superior de las crisis debe buscarse, bien en la infracción “casual” de la proporcionalidad entre las ramas de la producción, o bien en el rezagamiento “pasajero” del consumo respecto a la producción, y recomiendan que se aseguren formas de “consumo” como la carrera de armamentos y las guerras. Pero, en realidad, tanto la desproporcionalidad de la producción como la contradicción entre la producción y el consumo son formas inevitables bajo las que se manifiesta la contradicción fundamental del capitalismo. 


CONCLUSIÓN
Para Marx la concentración de los capitales en manos de unos pocos hombres, indica que se produce una “centralización” de esos capitales a la que define como “la aglutinación de muchos capitales pequeños para formar unos cuantos capitales grandes”. A medida que crece la acumulación de capital, la competencia empuja a los capitalistas a asociarse creando empresas cada vez más grandes que tienen mayor poder en el mercado, formando así los monopolios.
Las contradicciones del capitalismo, según Marx, llevarían inevitablemente a su hundimiento. El proletariado jugaría el papel central: su lucha contra los capitalistas conduciría al establecimiento de la dictadura del proletariado, como etapa de transición a la nueva sociedad sin clases y, por lo tanto, sin explotadores ni explotados, a la sociedad comunista. Esta transformación revolucionaria de la sociedad acabaría con las viejas relaciones de propiedad.